Una de las cosas bonitas que tiene de trabajar en una tienda de bicicletas, es la cantidad de trotamundos que se acercan a la tienda para reparar su bicicleta o simplemente para conocer y charlar un rato. Uno de esos últimos clientes fue Isabella, una chica de Brasil, que después de dejarlo todo en su tierra natal decidió ir con su bicicleta a recorrer Italia. Desde Italia salto a España con ansias de más caminos y paisajes pero no contenta ni cómoda con su bicicleta.
Isabella se enamoró a primera vista, y nosotros sentimos que ese cuadro tenía que salir de vuelta a las carreteras para seguir recorriendo España, Portugal y en un futuro no muy lejano la ruta Panamericana. Nos pusimos manos a la obra, cables y fundas nuevas, engrase, limpieza, un buen transportín para poder cargar todas las experiencias y recuerdos, una actualización de frenos para ir más segura, unas buenas luces, cubiertas anti pinchazos y listo!
Cuando la bajamos de nuestro banco de trabajo sentimos que esos componentes Miche iban a recorrer muchos kilómetros más. Isabella llego por la tarde y no paro de sonreir y aplaudir. Esos momentos son impagables. Hablando de nuestras vidas y anécdotas, cervezas de por medio llego la hora de salir a rodar.
No sabemos cuando volveremos a ver a Isabella, pero seguro que será sobre esa bicicleta en algún momento en alguna parte del mundo.
Por cierto, el Olympia vino a la tienda de la mano de otra persona que también había recorrido muchos kilómetros y había decidido cambiar ese tesoro por un cuadro más moderno de carbono. El alma del acero nunca muere.