Una historia más de esas que pasan por casualidad…
Markéta y Nicolás se conocieron hace tiempo y decidieron emprender un viaje en bicicleta para conocer el mundo que los rodea, para conocer sus propios límites, para no parar de sorprenderse con las cosas que el mundo nos da. Cuándo comenzaron este camino iban en dos bicicletas de bambú construidas por Nicolás y según nos contaron los comienzos fueron bastante difíciles. Dos personas que nunca habían recorrido tantos kilómetros en bicicletas, decididos a darlo todo. El amor dio paso a este tándem de bambú. Ir en tándem une las fuerzas de las dos personas, nunca se van a alejar el uno del otro, las charlas de los momentos aburridos son más fáciles y obviamente las peleas por cansancio siempre están.
Argentina, Bolivia, Brasil, ríos, pueblos desconocidos, junglas, ciudades, mares, ríos…Es lo bueno y bonito de viajar en bicicleta, puedes meterte en rincones en los que quizás nunca haya pasado una bicicleta por ahí. Siempre fueron bien recibidos en todas las ciudades en las que paraban, con los brazos abiertos, acogidos por personas que no los conocían pero que enseguida permanecerían en el recuerdo de tal magnífico viaje. Los miedos más grandes a los que se enfrentaron, según comentaron, eran los momentos donde el tráfico pertenecía a los coches y camiones. Por experiencia propia, en Sur America, los camiones y coches te pasan raspando y no hay mucha simpatía por las bicicletas.
Desde el continente Americano y con ansias de más kilómetros decidieron cruzar el charco hacia España, recorrieron varias ciudades hasta que llegaron a la tienda. Estuvimos hablando un buen rato en la tienda e intercambiando ideas, les dimos unos consejos de como circular por Europa y fuerzas para que vayan sin prejuicios. Llegaran dónde llegaran siempre iban a encontrar gente dispuesta a ayudar y a indicarles el camino correcto.
Desde España hasta Polonia, desde Polonia a Estados Unidos y desde ahí bajar hasta Argentina. Siempre buscando y recolectando ideas alternativas a la sustentabilidad, valorar más el mundo que nos rodea y no intentar ganar la insaciable carrera por acumular cosas materiales.
«…VIVIMOS ESPERANDO LAS OPORTUNIDADES DEL DESTINO PARA DEMOSTAR NUESTROS VALORES, LAS MÁS PROFUNDAS CONVICCIONES DE NUESTRO ESPIRITU QUE NOS DEFINEN COMO PERSONAS. PERO A VECES CUANDO LA LLAVE SE NOS PRESENTA, QUEDAMOS PARALIZADOS Y SOMOS ARRASTRADOS POR LA CORRIENTE QUE NOS ALEJA…»
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Libro: DIARIOS DE BAMBUCICLETA (ISBN 978-987-33-4969-0)